Fuente: Naucher Global
Cada día se escuchan elogios y merecidos aplausos para las personas que atienden los servicios imprescindibles para que no se pare la vida. Médicos y personal sanitario, trabajadores de supermercados, farmacéuticos y farmacéuticas, fuerzas de seguridad y policías locales, etcétera. No se había oído hasta anteayer hablar de los marinos que siguen tripulando los buques mercantes ni del personal que atiende los servicios portuarios técnico-náuticos necesarios para que los buques entren en puerto, maniobren y atraquen con seguridad. Todos ellos siguen en sus puestos, trabajando, pues han sido calificados de servicios esenciales.
Los prácticos, los remolcadores y amarradores (los servicios técnico-náuticos) han ajustado sus horarios, modificado los turnos y rehecho los equipos de trabajo para minimizar los riesgos de contagio. Aunque sufren, como todos, la penuria de material de protección personal, mascarillas sobre todo, se adaptan a lo que tienen sin desatender ningún servicio. Los barcos siguen entrando en Barcelona y en todos los puertos españoles; y cargan y descargan; y finalmente salen de puerto para que el transporte marítimo siga vivificando la economía.
Los prácticos tuvieron conocimiento de que uno de los componentes del servicio había practicado un barco donde se detectó a un tripulante infectado por el coronavirus. Tomaron la decisión de dejarlo en cuarentena, en la que sigue, a pesar de no tener síntomas de la enfermedad. Por supuesto, no se le pudo realizar un test para saber si estaba infectado (los test constituyen hoy una asistencia inalcanzable para el común), de modo que adoptaron la máxima precaución: la cuarentena, quincena en realidad, y llamar a la Unidad Militar de Emergencias para que viniera a desinfectar los locales del servicio de practicaje. “Hicieron un trabajo rápido y eficaz del que quedamos muy satisfechos”, declaró a NAUCHERglobal Rafael Cabal, práctico mayor del puerto de Barcelona.
La Autoridad Portuaria ha estado informada de los cambios operados en los servicios para adaptarse a las actuales circunstancias y, claro está, ha recomendado el teletrabajo para los servicios administrativos de las empresas que atienden el practicaje, el remolque y el amarre. Hasta ahora sin mayores incidencias.