Fuente: El Mercantil
La estrategia en renovables, que se aprobará a finales de este año, forma parte de las medidas del puerto para mejorar la sostenibilidad de su actividad
La presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Mercè Conesa, ha avanzado que la institución aprobará su plan de energías renovables a finales de este ejercicio. En una conferencia celebrada en El Prat de Llobregat (Barcelona), Conesa ha manifestado que ahora mismo se encuentran inmersos en los trabajos técnicos previos para planificar el uso de energía fotovoltaica. El puerto, que en la actualidad cuenta con 46,6 MWp de esta tipología de energía renovable, podrá aumentar su capacidad hasta los 92 MWp y alcanzar una producción eléctrica de 120 GWh.
Asimismo, según ha explicado la presidenta del puerto, los técnicos han descartado la instalación de turbinas eólicas. La proximidad del aeropuerto no permitiría que la altura de los molinos fuera la adecuada para ser viables, ha añadido.
El plan de energías renovables es uno de los pilares de la estrategia del puerto para fomentar sus políticas de gestión medioambiental y su lucha contra el cambio climático. En este marco de actuación, una de las medidas más importantes es la electrificación de los muelles, la cual se iniciará en 2020 en el muelle Prat (terminal BEST) con el objetivo de ofrecer suministro eléctrico a los barcos y satisfacer las demandas del mercado actual.
Durante su intervención, Conesa ha confirmado que “la medida se implantará al 100% en 2030”, ejercicio el que calculan que todo el puerto estará electrificado. Por el momento, técnicos del puerto se han desplazado a Los Angeles para analizar su modelo de electrificación de muelles y utilizar su experiencia y know how para conocer con mayor detalles los desafíos que una transformación de estas características supone.
Conesa ha recordado que la institución que preside está trabajando para afrontar la emergencia climática. Para ello, “pondremos todas las políticas adecuadas y de forma consensuada con las administraciones”. En todo caso, ha mostrado una vez más su oposición a que reducir la actividad sea una posibilidad. “El reduccionismo no es una opción, lo es el crecimiento sostenible y respetuoso con el entorno”. De lo que se trata, ha añadido la presidenta del puerto, es de “transformar la actividad”, pero no de que desaparezca, porque eso sería, desde su punto de vista, un fracaso.
EL EQUILIBRIO ENTRE OFERTA Y DEMANDA
Tampoco ha dejado escapar la oportunidad de advertir de que “con la capacidad operativa actual y ampliación de concesiones en vigor, podemos aún alimentar la demanda comercial”. Contrariamente a lo que sucede con otras infraestructuras, Conesa ha defendido que, en el caso del puerto de Barcelona, “estudiamos muy bien los mercados para saber si se debe proponer una ampliación o no”. En este sentido, ha concluido que “no podemos planificar ni licitar dinero público sino aseguramos que tendrá un retorno económico, social y ambiental”. Por ello, ha señalado que no se dan actualmente las circunstancias para que la autoridad portuaria se plantee una ampliación de sus espacios, que es lo que le permitiría aumentar sus volúmenes y cruceristas actuales. A este respecto, ha insistido en que “debemos incorporar otros valores a los económicos para evaluar las infraestructuras”.