Fuente: Naucher Global
Con mas de 12.000 casos registrados y más de 300 fallecidos en China y creciendo en número de afectados cada día, la acción del coronavirus en todos los ámbitos de la actividad humana es notoria. Las televisiones de todo el mundo nos dan cumplida, puntual y uno se atrevería a decir que información sensacionalista, a lo largo de todo el día.
Lo primero que se viene a la mente ante la magnitud del problema es, desde luego, la evidente interrelación entre las actividades humanas. El efecto mariposa es cada vez mayor porque cada vez son mayores y más complejos los efectos que determinados hechos causan en todo el planeta como consecuencia directa de la globalización. Y como no podía ser menos, en la cadena de suministro.
China es una de las mayores economías marítimas del planeta, con siete de los diez mayores puertos del mundo. Wuhan, al pie del rio Yang-Tsé y con un puerto fluvial puede recibir buques de hasta 10.000 mtons de desplazamiento que significan 1.200 TEUs. En la desembocadura del Yang-Tsé se encuentra el puerto de NIngbo que está a unos 800 Km de Wuhan. Es uno de los mayores del mundo.
La OMI, siguiendo las recomendaciones de la OMS, no ha puesto ninguna interdicción al tráfico desde y hacia China, afortunadamente. El tráfico de mercancías no tiene restricciones mayores que las de las vacaciones que el Gobierno chino ha dado a sus ciudadanos hasta el día 9 de febrero, cuando se espera haya remitido sensiblemente el efecto de esta epidemia.
En todo caso, parece que el Gobierno del país asiático ha dado instrucciones a sus organismos y empresas, como puede ser el caso de Cosco, de emitir, a requerimiento de cargadores/receptores, certificados de fuerza mayor por retrasos y/o cancelaciones de las operaciones marítimas y aéreas que ocasionen perjuicios a los comerciantes internacionales.